Según las estimaciones de la UNESCO, más de 1.500 millones de estudiantes de 165 países no pueden asistir a los centros de ense?anza debido a la COVID-19. La pandemia ha obligado a la comunidad académica internacional a explorar nuevas formas de ense?ar y aprender, incluida la educación a distancia y en línea. Esta situación ha resultado difícil tanto para los estudiantes como para los docentes, que tienen que enfrentarse a los problemas emocionales, físicos y económicos provocados por la enfermedad al tiempo que cumplen la parte que les corresponde para contribuir a frenar la propagación del virus. El futuro es incierto para todos, y en particular para los millones de estudiantes que tenían que graduarse este a?o, los cuales se van a enfrentar a un mundo con la economía paralizada por la pandemia.?

En la serie de articulos sobre la COVID-19 y la educación superior, la iniciativa Impacto Académico de las Naciones Unidas (UNAI, por sus siglas en inglés) habla con estudiantes, profesores e investigadores de diferentes partes del mundo para averiguar qué efectos ha tenido en sus vidas la COVID-19 y cómo están haciendo frente a los cambios. La serie también hace hincapié en las lecciones aprendidas y en los resultados positivos que puede tener el confinamiento mundial para la educación superior.

En esta entrevista hablamos con Hana Ibrahim, estudiante de Medicina en la Universidad de París, que ha estado trabajando como voluntaria en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Lariboisière de París durante el brote de COVID-19.

Hana tiene 21 a?os y está a la mitad de su formación práctica, pero cuando empezó la pandemia se cerraron muchos departamentos del hospital, incluido el de Endocrinología y Diabetología, en el que trabaja, y sus recursos fueron desviados hacia el tratamiento de pacientes con COVID-19. Al ver los esfuerzos que estaban realizando los departamentos de Cuidados Intensivos y Enfermedades Infecciosas para atender a la avalancha de pacientes que llegaban al hospital, Hana decidió trabajar como voluntaria para la UCI, pese a sus numerosas obligaciones académicas.

, en la que nos cuenta cómo compatibilizó sus obligaciones como estudiante de Medicina con su trabajo como voluntaria durante una emergencia sanitaria mundial y los extraordinarios niveles de presión mental y física a los que estuvo sometida, así como su preocupación al ver que numerosos miembros del público no se daban cuenta de la gravedad de la situación. Hana también ha pensado en cambiar su especialidad médica como resultado de esta experiencia.

Recursos adicionales:

  • Naciones Unidas:?Respuesta ante la COVID-19
  • UNESCO:?
  • UNESCO:?
  • Organización Mundial de las Salud (OMS):??
  • Organización Internacional del Trabajo (OIT):?
  • Voluntarios de las Naciones Unidas:?